Cuentos que contagian ilusión
Coral, entrenadora emocional
© del texto Coral entrenadora emocional: Eva Latonda © de las ilustraciones: Maru García, 2020
Sobre la salud mental
¿Sabes qué son la alegría, la tristeza, el enfado o el miedo? Son emociones. Todas las personas las tenemos. A algunas personas les cuesta cambiar de emoción. Suelen ser personas que necesitan mejorar su salud mental.
Por eso es estupendo que aprendas a reconocer y entender tus emociones, porque así de mayor te conocerás mejor y, al llegar a la adolescencia, si surge un problema de salud mental, estarás más en forma para afrontarlo e incluso evitarlo.
Es muy importante cuidar nuestra salud mental: comer bien, dormir lo suficiente y a su hora, utilizar un poco menos el móvil y conocer cómo son y para qué sirven tus emociones.
El entorno puede influir en la aparición de síntomas sospechosos: la inestabilidad familiar, muchos cambios de hogar, la partida de un ser querido…
Coral, la protagonista de nuestro cuento, se ha entrenado desde pequeña para conocer sus emociones; cuando está triste le tiemblan las mejillas, cuando se enfada le quema la tripa y cuando está alegre siente cosquillas en los brazos.Por eso puede ayudar tanto en su equipo de terapia. Su historia sí que está llena de emociones, ya verás….
Esto es una gran bola roja que da botes y botes sobre una superficie resbaladiza…
No, no es una adivinanza. ¿Queréis saber qué es? Es un sueño que tenía yo cuando era más pequeña. Lo soñaba muchas veces, y al día siguiente de haberlo soñado, me sentía triste ¡Qué fastidio!
Ahora que ya soy un poco más mayor, he sabido que es supernormal que los sueños se repitan, y que lo de estar triste no es tan malo como parece. Como en esa peli que se titula “Del revés”.
Me llamo Coral. Me lo puso mi madre porque es buceadora y le encanta el fondo del mar. Dice que los arrecifes están llenos de colores, y como cuando yo nací le puse más color a su vida, decidió llamarme así.
Los corales no son ni plantas, ni rocas; son animales. ¡A que flipáis! Se juntan en colonias formadas por miles de ellos.
Algunos son duros y otros blandos.
Yo me siento como un coral, porque tengo un poco de las dos cosas.
Si “estoy dura”, me siento fuerte y soy capaz de conseguir cualquier cosa que me propongo.
Pero cuando “estoy blanda”, soy más sensible, me cuesta decidirme y veo todos los problemas como gigantes.
Yo soy así.
Mi familia creía que esos cambios se debían al rollo ese de la adolescencia, pero ha resultado que no. Tengo un trastorno bipolar.
Que noooo, que no vivo en los dos polos,
¡jajajaja!
Lo que me ocurre es que a veces estoy muy muy muy contenta, y otras estoy muy triste.
Soy muy creativa. Me gusta escribir y actuar.
Las personas con las que hablo en mis reuniones de terapia me dicen que siga ese camino, porque el arte me puede ayudar a jugar con mis emociones y no tenerles miedo.
El teatro me ha servido de entrenamiento. Utilizar mi cuerpo para interpretar personajes me ayuda a reconocer rápidamente emociones que pueden afectarme.
De esta manera me adelanto a ellas antes de que se disparen
¡PUM!
Debuté (sí, se dice así, como si fuera una actriz profesional),con una crisis de ansiedad, que es algo así como te que ahogas, pero no.
Desde hace unos meses, voy a un grupo para hablar de todas estas cosas.
Soy la más joven. Tengo 16 años y el siguiente en edad es Poli, que tiene 21.
Poli estaba enganchado al móvil, tanto, que no podía ni dormir, ni descansar, ni concentrarse, incluso dejó de comer, así hasta que se puso muy malito
La terapeuta me ha dicho que influyo muy positivamente en él y eso me ha hecho pensar:
A él le encanta hacer grafitis, así que le animo a que se exprese con sus diseños, y ahora está de contento…
Trabajar con la creatividad y la imaginación ha hecho un poco más feliz a Poli. Las emociones son muy importantes… Si nos ha servido a nosotros, digo yo que le servirá a todo el mundo.
Como un coral resistente a las mareas, me prepararé y seré Coral, entrenadora emocional…
