© del texto Ramón, Paleontólogo: Eva Latonda 2018 © de las ilustraciones: Maru García, 2018
El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) está relacionado con el modo en que se desarrolla y funciona nuestro cerebro.
Es como “invisible” porque cada persona tiene su propio aspecto físico.
Algunos hablan mucho, otros poco. Los hay que se comunican con imagenes. En ocasiones pueden hacer movimientos repetitivos con las manos o insistir en hacer las cosas de la misma manera.
En algunos casos, las personas con TEA tienen capacidades extraordinarias para alguna actividad como el cálculo, el dibujo o la música, pero no ocurre siempre.
Tienen en común el modo de relacionarse con los demás, que es distinto al habitual. Como a veces no se dan cuenta de las reacciones de las otras personas, puede parecer que no les importa, pero no es así. Sencillamente necesitan que les expliquemos con palabras cómo nos sentimos.
Su comunicación también es diferente. Cuentan las mismas cosas una y otra vez, lo que puede hacer que los demás “desconecten”. Es como cuando pones la radio y no la escuchas bien y decides apagarla…
Apagar la voz del protagonista de este cuento, te haría perder la oportunidad de conocer a alguien muy especial.
Con Ramón descubrirás el talento y las capacidades de las personas con autismo.
¡Ssshhh! Silencio. No hagáis ruido. Los sonidos fuertes me ponen un poco nervioso. Además, estoy a punto de descubrir el dinosaurio más grande del planeta, y necesito concentración… No me gusta distraerme de mis cosas… .
¡Tachan! Aquí está. El dinosaurio más grande del mundo. Ya, ya sé que sólo es un dibujo, pero es que yo me expreso mejor a través de imágenes y fotos..
Me presento. Soy Ramón y voy a ser paleontólogo de profesión. Así de seguro estoy, y eso que sólo tengo 9 años…
Sobre los dinosaurios os diré que los conozco todos. Sé cuándo vivieron, cuanto midieron, y hasta qué comieron… El extraño Deinocheirus, el vistoso Therizinosaurus, el temible Utahraptor y mi preferido, el descomunal Turiasaurus, un dinosaurio que vivió en la Península Ibérica hace cientos de miles de años y es el más grande de toda Europa.
A este le voy a poner el nombre de Mamisaurius en honor a mi madre que me achucha como nadie. Aunque Bea, mi hermana, también aprieta lo suyo. Yo me resisto bastante. No me gusta que me abracen fuerte o lo hagan sin avisarme. Pero en el fondo lo necesito.
A mami y a Bea les dejo que lo hagan porque sé que se ponen muy contentas cuando les doy un beso, pero los demás os tendréis que aguantar únicamente con mis dibujos.
Mami es muy observadora. Cuando tenía año y medio, fue la primera en darse cuenta de que había en mí señales de tener TEA, que son unas siglas que significan Trastorno del Espectro del Autismo.
Eso de “espectro” suena a Harry Potter ¿A que sí? Y es que los TEA tenemos mucho de magia. Incluso algunos tienen capacidades extraordinarias.Al parecer el autismo afecta a 1 de cada 100 niños, pero en mi familia resulta que somos dos, porque mi tío (el hermano de mi madre) también lo tiene, por eso ella pudo darse cuenta tan pronto..
“La detección precoz es de suma importancia” Aseveró el médico. Y en seguida empezaron con las evaluaciones y la estimulación.
Además de no jugar con ella al “Cu-cú tras”, me costaba responder a mi nombre o señalar con el dedo. Lo que sí me gustaba era dibujar. Al principio lo único que hacía eran números.
A mí me parecían muy divertidos y papi y mami decían que eran números de los más curiosos ¿A vosotros qué os parecen?
Cuando se confirmó el diagnóstico, pasaron muchas cosas. Preocupación, incertidumbre… y por fin la seguridad. Papá encontró ayuda de profesionales que les enseñaron a educarme. Ahora veo a papi y a mami juntos jugando conmigo y es que me los comería a besos, y a mi manera lo hago.
Como los números y los dinosaurios son lo mío (con ellos me divierto y aprendo muchas cosas), estoy pensando en crear un sistema de medición de catas para las excavaciones paleontológicas. La tecnología es muy importante para la ciencia y pienso contribuir con mis avances científicos.
Pronto, además de en mis dibujos, los descubriré de verdad… excavándolos yo mismo…
¡Qué emoción!… Richard Owen, Othinel Charles Marsh, Henry Fairfield Osborn y claro está, Ramón, Paleontólogo de profesión…
Fin