© del texto Rosalía Espía: Eva Latonda © de las ilustraciones: Maru García, 2012
Algunos niños nacen con una dificultad para oír, es decir, que no pueden utilizar el sentido del oído como lo hacen otros niños. Los hay que han nacido así. A otros les aparece cuando son mayores por otras causas.
En algunos casos usan audífonos o implantes cocleares para oír. Y para comunicarse, unos emplean la lengua de signos y otros usan el lenguaje oral.
Esta es la historia de Rosalía, una niña sorda muy creativa, que resuelve todo tipo de enigmas como si de una verdadera espía se tratase.
Conócela y aprenderás a ser tan resolutivo como ella…
Nada, hoy no estoy inspirada, no he conseguido despistar a la Señorita Mili Cierraelpico… Siempre encuentro un truco para salirme con la mía, pero hoy…
Este caso se está poniendo difícil, pero que muy difícil.
Desde que mis compañeros y yo decidimos tomar cartas en el asunto, mi olfato de espía infalible me hizo intuir que esta investigación iba a ser complicada.
Llevábamos tiempo fijándonos en las caras de preocupación de los profesores. Cuando de repente, todo dio un giro inesperado.
Gracias a que sé leer los labios, conseguí descifrar en el recreo de las 12:00, una inquietante conversación entre el profesor de música, Faustino Golondrino, y la de ciencias, Luz Degas.
¿Qué por qué se leer los labios? Fácil. Soy sorda de nacimiento y he aprendido a leerlos para poder entender mejor a la gente.
Leer los labios es guay, aunque es un poco complicado. Es como escuchar con los ojos. Hay que observar atentamente los movimientos de los labios cuando las personas están hablando. Y yo en esto soy una auténtica lince.
Además, puedo escuchar frases y sonidos gracias a mi audífono, que es este aparatito que llevo en mi oído.
Esta estratégica combinación de técnicas, unidas a mi intuición, me convierte en toda una espía.
Sí, ya sé que soy un poco redicha, pero qué le vamos a hacer, me encantan los libros de espionaje.
Volviendo a la conversación, que es lo que ahora nos interesa… leyendo los labios de los profes, averigüé que nuestro pequeño colegio iba a ser vendido a un industrial agropecuario para convertirlo en una granja de pollos de engorde artificial…
Me informé bien de qué significaba aquello y ¡¡¡Qué horror!!! En vez de “engordar” nuestras “mentes” con las asignaturas, “engordarían” los “cuerpos” de esas pobres criaturas…
Cuando comuniqué a mis compañeros el terrible descubrimiento nadie podía creerlo.
Todos pensamos que si nuestros padres y profesores no hacían nada por evitarlo, tendríamos que ser nosotros los que reaccionáramos. Fue así como creamos la “La Orden de los Coleguix”.
Y aquí estoy, liderando esta rebelión secreta para defender la cultura y el saber…
En nuestra estrategia también usamos la lengua de signos que he enseñado a mis colegas. La lengua de signos nos ha sido muy útil para las comunicaciones secretas.
Así, gracias a todos mis conocimientos, hemos creado un sistema de espionaje que nos permite hacer muchos movimientos sin que nadie nos descubra.
Hemos descubierto que la Señorita Mili Cierraelpico lleva años haciéndose con el control del colegio a espaldas de todos. A ella no le gustan los niños.
No tiene imaginación y quiere que el mundo sea triste y aburrido. Por eso quiere cerrar el colegio.
Pero ¡Ja!, no lo conseguirá, no… No sabe con quién se enfrenta. Yo soy Rosalía la espía. En mi última misión, he averiguado dónde guarda los papeles que la delatan como traidora. Se los daré a los padres y profesores, ellos sabrán qué hacer para pararle los pies.
Cuando el caso se resuelva del todo, me dedicaré a perfeccionar mi método de espionaje para solucionar todas las injusticias que me encuentre en el futuro.
¿Te apuntas a seguirme en esta aventura genial?
Fin